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Jueves noche Toño y Claus en Salamanca

David venía de San Sebastián a nuestras grandiosas fiestas, un queridísimo compañero del Catre y aunque él nos dijo que no nos preocupáramos por él y no le fuéramos a buscar, después de deliberar un poquito decidimos ir a buscarlo a Salamanca.

Ya me encontraba mejor de la fiebre y como no podía beber mucho, lo mejor era ir a buscarle, así que Toño y yo cogimos el coche nos fuimos a la aventura.

David nos dijo que el tren llegaba sobre las 3 de la madrugada, así que después de cenar en la Peña, subir a entregar la bandera con nuestras preciosas faldas, hacer unos calvos a nuestro deseoso pueblo, tomarnos algo en la Peña y comentar la jugada, a la 1,15 h salíamos de Vilvestre.

Por el camino, Toño hizo una llamada a una gran amiga suya, de la cual no decimos su nombre..., para quedar cuando llegaramos y tomar algo. La chica por supuesto no se lo creía que fuéramos hacia allí y menos por ir como íbamos, con las faldas a lo loco y con la camiseta de la peña,ibamos guapísimos!.Que deciros, la conversación fue graciosa a todasluces.

En fin, seguimos el camino, pero la chica se nos impaciento y no pudo por menos que llamarnos justo antes de que llegáramos a su casa. No la contestamos porque estábamos a 2 minutos de su casa. Llamamos a su timbre, y cuando bajo, sorpresa! allí estaba el Toño y el Claus con su indumentaria. Al principio la entro la vergüenza, y le daba miedo ir con nosotros a tomar algo por Salamanca, pero después de enseñarle nuestrasvirtudes se animó un poquito más.

De ahí fuimos a la Estación de Tren, y para nuestra sorpresa el tren no llegaba a las 3 sino a las 4:45, que putada,nos tuvimos que ir de Fiesta por Salamanca. El primer lugar que visitamos fue la Bibliotheca, donde nos dejaron entrar sin problemas,- no habia portero- aunque nos miraban un poco mas de lo normal; sería por nuestra forma de bailar, bueno a veces; sería porque nos partíamos de risa, puede; más bien sería por lo guapos que íbamos y por supuesto por nuestra maravillosa compañera.

De allí nos fuimos a los Bares guais de Salamanca y como entenderéis no nos dejaron entrar, pero no solo es que no nos dejaban entrar sino que desde 50 metros ya nos decían NO, ni os acerquéis, en fin que triste, que pena, ellos se lo perdieron. (Un día tendremos que escribir sobre este tipo de cosas, sobre esas mentalidases cuadriculas antitesis a las de El Catre, pero eso es otra historia).

Ya por fin entramos en otro bar, en el cual la gente nos miraba más de lo normal y nosotros encantados. Alguna intento ver lo que llevábamos debajo de la falda. Además lo más gracioso fue un individuo que estaba allí que parecía giri (vale yo también) por su manera de moverse como un pollo sin cabeza, bailaba un estilo entre Fred Aster y El Príncipe de Beler, vamos un espectáculo en toda regla. Bueno pues me acerque a él para hacer el bobo, después de un rato me puse a hablar con él y para mi asombro no era giri, sino español y además no bebía, así que me aleje no fuera a ser que se me pegara algo malo.

Ya de ahí nos fuimos a tomar más y más, pero por el camino nos jadeaban y nosotros les enseñábamos el culete y nos jadeaban más, esta claro la gente no quiere más que fiesta y diversión. Y lo que se liga!!

Ya en el último bar unas chichas se pusieron pesadas y Toño tuvo que enseñarle a Don Arturo, pero cuando nos íbamos Toño me dijo que no creía que nos dejaran volver a entrar en ese bar, así que le hice un calvo al portero para que fuera con más motivo.

De ahí nos fuimos a ver si llegaba ya el tren, pero claro, no podía ser, la noche tenia que seguir. Cuando llegamos tuvimos la grata sorpresa de que venia con retraso y hasta las 6:50 no llegaba, así que pensar que hicimos. Pues no, no nos fuimos de fiesta, hicimos algo muy diferente.

Fuimos a casa de Toño a ver al Gatito y a recoger unos cosas que necesitaba. Nuestra acompañante se empeño en tener en brazos al felino, hasta que se mosqueo y salto, para mi mala suerte sobre mis piernas y partes salientes... Lo mejor estaba por venir.

Cuando bajamos al coche me di cuenta que me había olvidado las llaves dentro. Todas las puertas estaban cerradas, pero por suerte una había quedado mal cerrada, la del copiloto. Por ella se podía meter algo para enganchar el pestillo, así que subimos otra vez a casa a buscar utensilios de cocina, como la barilla del horno, una paletilla de cortar el helado y otros. Primero lo intentamos con la Paletilla pero se nos acabo resbalando y callo dentro del coche. Luego con dos barillas pero no hubo forma, así que después de 30 minutos intentándolo y de pasar un motón de gente por delante y decirnos un montón de cosas (para nada).

Es increíble en pleno centro de Salamanca unos individuos forzando la puerta de un coche y la gente pasa de todo.Nuestra acompañante dijo que lo intentáramos con un tenedor y subimos a por uno a casa otro vez. Y después de intentarlo sólo una vez lo conseguimos, eso si los utensilios inservibles. Que risa.

Todavía nos quedaban 30 minutos para ir a recoger a David, así que llevamos a nuestra acompañante a su casa, que hya era hora. Es ahí cuando yo les dije que subieran a casa que tenían 20 minutos para hacer cochinadas, bueno, mis palabras fueron más crudas pero se resumen en eso. No se puede decir todo que luego todo se sabe. En fin que subieron y que hicieron, sólo ellos dos lo saben. Le subiría ella la falda a él o él le bajaría los pantalones a ella. Nunca lo sabremos. Pero desde luego es una situación graciosa, no diréis que no.

Toño bajo y nos fuimos a la Estación y como no, el tren venía todavía con más retraso, una hora más. Así que nos pusimos a tomar un cola-cao, incluso estuvimos apunto de irnos a echarnos una siesta al coche, pero se adelanto un poco y las 7:40 nuestro gran hombre apareció por una de las puertas del tren. Claro está su sorpresa fue grande y nuestra alegría inmensa, le dimos la falda que le llevábamos y se la puso al instante sin pensárselo.

De ahí a reclamar por el retraso, a ver si le devuelven la pasta del viaje y nos corremos una fiesta en Sanse.

Bueno, ya estábamos juntos y lo que nos quedaba era volver a nuestro amado Pueblo, Vilvestre. Para cuando llegamos eran las 9:15 de la mañana y todavía quedaba espuma de la fiesta de la noche así que nos metimos con el coche en élla, para quitarle el polvo que tenia encima, nos hicimos unas fotos y subimos a buscar al Presi y lo demás..........

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